En un mundo en pandemia y después de ella, tenemos que revisar nuestro propósito para participar, atender o apoyar un evento. En 2021 y 2022, navegaremos por un panorama de eventos completamente diferente. La inauguración presidencial en Estados Unidos y los recientes programas de premios a la cultura pop son un lente sobre la naturaleza híbrida de los eventos que vemos y seguiremos viendo en el futuro. Pasé gran parte de mis últimos ocho meses siguiendo las tendencias y los esfuerzos de los organizadores de eventos en todo el mundo. Al principio, buscaban seguir siendo relevantes y, a medida que la pandemia se hacía más profunda, giraron hacia el lado de la tecnología para lograrlo.

La virtualización nos brindó la oportunidad y el espacio para estar conectados y mantener nuestro momentum. Plataformas de eventos, como Swoogo, informó que la asistencia aumentó de tres a cuatro veces con respecto a lo que vimos con la asistencia presencial. El cambiar a híbrido mostrará la capacidad de una marca para pivotar por completo e interactuar con sus socios y las audiencias deseadas de una manera significativa e impactante. Sin embargo, la industria también ha aprendido que se necesitan más personas para producir o participar en un evento virtual. Requiere un esfuerzo de producción más significativo. Implica la ejecución perfecta e inmediata de la comunicación digital y el contenido del punto de contacto antes, durante y después del evento, para lo cual los planes a prueba de fallas y la participación inmediata del cliente son imprescindibles.

Una estrategia de evento exitosa depende de la habilidad de los organizadores the cambiar su manera de pensar y ajustarse a la nueva forma de organizar y asistir a eventos. Una nota al margen para recordarle que esta nueva forma no reemplaza necesariamente la forma anterior – el valor de un evento híbrido consiste en combinar algunos de los aspectos tradicionales de los eventos a los que estábamos acostumbrados y las oportunidades que se derivan de las nuevas tecnologías digitales. Al examinar cada posibilidad, ya sea una feria comercial, una conferencia, un evento con el cliente o un discurso, será fundamental cuestionar su intención y propósito. ¿Agrega valor a la marca? ¿Qué pierde la marca si se retira la participación? ¿Tu participación es activa o pasiva? ¿Cómo se controla y mide el éxito?

Ahora más que nunca, es fundamental que los organizadores de eventos expresen el valor que obtendrá su marca al participar en los eventos. ¿Cómo experimentará la audiencia tu marca? ¿Existen oportunidades de participación?